A mi dame al Villero. Al de Fiorito.
Al pícaro, al enamorado, al burdo, al protestón.
Dame al odiado y al querido. Gordo, flaco, obeso. Siempre Chueco.
Dame al rebelde y al glamoroso.
Al del jueguito con la naranja y al de la Ferrari Testarossa negra.
Al sensible, leal, al amigo.
Al del pique cortito, la zurdita endemoniada y la rabona.
Al ladrón de billeteras Inglesas. Con el que sueña Shilton cada noche.
Al cebollita, al bicho, al bostero, al culé, al Napolitano, al Sevillista y al Leproso.
Al político y al políticamente incorrecto.
Al alcohólico, al medicado, al falopero.
Dame al del cielo o el infierno.
Dame al que logra el enojo del que lee este texto y no puede entenderme.
En la India, tienen 300 millones de dioses y todos conviven.
Vos no lográs entender que yo tenga un dios del fútbol tan terrenal.
Si te da la nafta (antes de que se te escape la tortuga), animate a tirar la primera piedra.
No me importa lo que hiciste con tu vida.
Me importa lo que hiciste con la mía.
A ese dámelo siempre.
Siempre Maradona.
Salú.
30/10/2018
Bruno Traversa
Hermoso!!! Tal cual !! Emociona!!! Que más se puede decir,que más!!!
Muy buen post. Gracias por compartirlo.